Sobre Nosotros
¿Quiénes Somos?
Somos una tienda con una rica historia familiar, ¡¡¡a qué suena bien!!! Ser de 3ª generación significa que hemos estado creciendo y ofreciendo piezas de calidad durante mucho tiempo, desde 1968, ¡¡¡CASI 6 DÉCADAS!!! Esto nos ha permitido perfeccionar nuestro arte. Además, tener talleres propios es una ventaja, ya que nos permite personalizar y reparar joyas y relojes de manera más eficiente. Hemos creado un vínculo especial con nuestros clientes a lo largo de los años y hemos acumulado una gran experiencia. Ofrecemos una gran variedad de piezas que refleja tanto la tradición como las tendencias actuales.

Misión
Nuestra misión es preservar la tradición familiar, ofreciendo a nuestros clientes joyas y relojes de la más alta calidad. Queremos mantener la esencia artesanal de nuestros talleres, dándoles mayor visibilidad y acercando su valor único a todas las personas que confían en nosotros para crear piezas que duran toda una vida.
Visión
Aspiramos a ser reconocidos como un referente en el sector de la joyería y la relojería, destacando no solo por la venta de productos de alta calidad, sino también por nuestros servicios especializados y personalizados. Queremos seguir creciendo, manteniendo la cercanía con nuestros clientes y expandiendo la visibilidad
Conoce nuestra historia
Todo empezó fruto de la casualidad, cuando mi abuelo, que trabajaba en una carpintería, vio como un compañero suyo perdía tres dedos de la mano. Eso le hizo cambiar de oficio y empezar a formarse como relojero, teniendo que, unos años después, abandonar su pueblo natal para venir a Burgos a emprender toda esta aventura.
Estoy convencido de que en ese momento, no se podía imaginar que más de 50 años después, primero mi padre, después yo, seguiríamos al frente del negocio y en el mismo sitio. Esto nos ha permitido formar parte de los recuerdos y la historia de muchas familias, llegando a casos tan inusuales como conocer las 5 generaciones de la misma familia presentes en nuestra tienda.
Parece que fue ayer cuando recuerdo estar en la tienda, tan pequeño que casi no llegaba a ver por encima del mostrador, con mis abuelos y mi padre contándome las historias de cuando abrieron el local, que no había ni aceras ni muchos de los edificios que hay ahora a nuestro alrededor.
Después de tantos años de trabajo y esfuerzo, allá por 1997, mi padre (segunda generación) consiguió ampliar el local en el que todo había comenzado. Claro, esta vez ya había aceras… lo hizo con la misma ilusión y ganas del primer día.
Y aquí estoy yo, emocionado y orgulloso, contándote esta historia que ha marcado mi camino desde que nací. Ahora, cada vez que veo a mis hijos entrar por la puerta, inevitablemente me viene un pensamiento a la cabeza, ¿serán la 4ª generación? Sólo el tiempo nos lo dirá…